Ruinas al Pop (haciendo clic en la foto se escucha arqueologia pop)

lunes, 8 de marzo de 2010

Premios de la música … o de las lenguas

Los Premios de la Música los concede cada año, desde hace ya 15 inviernos, la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música que parece ser es el brazo menos armado de la SGAE.

No es un tema de interés especial. Que premien a quien les parezca. Quiénes son los premiados es un asunto muy menor (incluso si Corcobado aparece en la lista) …pero… es revelador saber por qué premian. Cuáles son los premios?? Entre las 33 categorias de premiados aparecen cuatro que son bastante reveladoras. Estas son:
- Mejor Canción en Catalán/Valenciano
- Mejor Canción en Euskera
- Mejor Canción en Gallego
- Mejor Canción en Asturiano

Aquí ya hay una declaración de principios, o varias. Se considera que algunas lenguas merecen o precisan un tratamiento especial (esas cuatro). Leguas cuya existencia es incluso discutible desde el punto de vista de unos premios que da una institución dependiente de Gobierno de España. Este es el caso del asturiano antes y mejor conocido como bable y que es un idioma tan oficial (o no) como otro tantos (aragonés, o el caló o el castúo)

También llama la atención la indefinición respecto al catalán o valenciano o catalán/valenciano. No queda claro si es un idioma que nace de la mezcla de dos (al estilo de los potros angloárabes) o que la lengua tiene dos nombres, en este caso habría que añadir balear… o a qué se refieren?

Se ignoran algunos idiomas hablados en España como el árabe o el portugués, pero resulta aún más inexplicable que se olviden del inglés en el cual se componen miles de canciones cada año en España o el francés tan sonoro y tan pop.

El error fundamental es tomar el idioma como criterio para definir categorías de música cuando la música es en sí misma una forma de comunicación que trasciende las lenguas y las palabras.
Y este error no es inocente o fruto de la casualidad sino que conlleva una carga ideológica fuerte…

Coda: esto sí tiene carga ideológica:

a qué estamos a setas o a Rolex?

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